
Las cantidades a dejar tampoco están sujetas a ninguna cifra en concreto. Si, por ejemplo, hemos pedido un desayuno cuyo total asciende a unos cuatro euros con ochenta céntimos y pagamos con un billete de cinco euros, podemos dejarle al camarero/a los 20 céntimos de diferencia como propina, aunque estamos en nuestro completo derecho a no dejarle nada y, volvemos a repetir, este acto no rebajaría de ningún modo al cliente.
En cambio, si estamos en un restaurante cuya comida o cena ha constado alrededor de 49 euros y pagamos, esta vez, con un billete de cincuenta euros, también se puede dejar la diferencia de propina.
Por lo general, las propinas en España no suelen ser muy boyantes, por este motivo, en lugares más turísticos, los hosteleros agradecen la llegada aquellos turistas en cuyos países el hecho de dejar propina es más una obligación que un signo de agradecimiento.
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